Técnica Conectiva para Coaches y Psicoterapeutas:
El cuerpo como fuente de sabiduría.
Gibran Jalil Gibran, en su libro El profeta, decía sobre la enseñanza en general y sobre el autoconocimiento: “El maestro verdaderamente sabio no os convidará a entrar en la mansión de su saber, sino antes os conducirá al umbral de vuestra propia mente”. En cierta forma, estas palabras constituyen la premisa del trabajo de las profesionales de Con Causa.
Nuestros especialistas, Eva Latonda, María Eugenia García Ochoa y Adolfo Diego Ortega tienen formación actoral y producto de capitalizar sus conocimientos han diseñado este programa. Creación suya también es la Técnica Conectiva, que son dinámicas teatrales que aprovechan el trabajo psicofísico del actor, y través de la cual proponen llevarnos a ese umbral en el que cada uno descubrirá cómo es, cómo es con los demás, cómo se comunica, cómo es su emocionalidad, etc.
Es decir, nos llevan a conectar con nuestras habilidades socioemocionales utilizando como máxima la creatividad y el trabajo conjunto en el que todos, incluso ellos mismos, se nutren entre sí a partir de sus diferencias. Nadie es más que otro y todos tienen algo maravilloso a través de lo que enriquecerse y enriquecer a los demás. Y es en ese marco de diversidad y de libertad que la magia emerge de forma natural, sin forzarla, sin laberintos y sin teorías de cartón.
Y durante ese proceso el cuerpo es el protagonista. ¿Por qué?
Veamos. El cuerpo es presente, es aquí y ahora, es lo que nos pone en el mundo y, aunque lo intentemos, no podemos manipularlo. Por el contrario, muchas veces cuando expresamos lo que pensamos y/o lo que sentimos –consciente o inconscientemente- disfrazamos el discurso e intentamos disimular la intensidad de nuestras emociones.
Todo esto, aunque parezca una contradicción a las teorías que apuntan al trabajo de dentro hacia fuera, no lo es. Lo que hacen nuestros especialistas es ir de lo tangible -desde lo que vemos- hacia lo intangible –lo que no vemos, pero supone la verdad de nosotros. Etckhart Tolle, en un fragmento de su libro El poder del ahora, señala a propósito de esto: “Si usted quiere conocer realmente su mente, el cuerpo le dará siempre un reflejo verdadero, así que observe la emoción o más bien siéntala en su cuerpo. Si hay un conflicto aparente entre ellos, el pensamiento será la mentira, la emoción será la verdad”.
Y para ser más claros aún, veamos un ejemplo. Imaginemos a alguien caminando hacia nosotros con una postura contraída, con su mirada al suelo y los hombros caídos, ¿le creeríamos si nos dijera que es el día más feliz de su vida? ¿No sería acaso la respuesta más incoherente en relación a su expresión corporal? Existe un etcétera infinito de situaciones que nos alertan sobre la posibilidad de que en nuestra naturaleza existan algunas -pocas o muchas- contradicciones.
Por ello, los profesionales que trabajan en y por el desarrollo y transformación personal, como coaches y psicoterapeutas, necesitan estar preparados para abordar, interpretar y gestionar situaciones que no siempre son lo que parecen.
Y en esa preparación, volvemos a poner el acento en el autoconocimiento. Porque claro, no existe un manual de instrucciones universal que nos indique que tal o cual movimiento, gesto y/o patrón respiratorio tenga un significado idéntico en todas las personas. Para trabajar desde el cuerpo el coach y/o el psicoterapeuta necesita reconocer el suyo propio, aprendiendo a escucharlo, a habitarlo y a activarlo, identificándolo además como un lugar de aprendizaje y transformación. Vivir esta experiencia en primera persona y en primer lugar les permite interpretar, reconocer patrones y, lo más importante, detectar que algo que sucede en el momento que sucede. Es creciendo en su propia conciencia, que podrá ayudar a otros a hacerlo.
Es curioso, pero aunque habitamos en una sociedad que le rinde culto al cuerpo, pareciera que sólo lo hace en su forma estética. Como una pequeña muestra de ello, vemos como los gimnasios están llenos de gente ocupándose de “encajar” en los estereotipos de belleza que se riegan socialmente en cada abrir y cerrar de ojos, pero .en la mayoría de los casos- dejando de lado el contenido.
La estética, lo que nos hace sentir bien a cada uno tiene que estar en equilibrio con el contenido. De hecho, debería ser un reflejo de él y no una máscara. Por todo esto, necesitamos volver a darle contenido al cuerpo, respetarlo, cuidarlo, mimarlo y, sobre todo, aprovechar toda su sabiduría. Y decía en este sentido el mismo autor que citábamos al inicio:
“Hasta vuestro cuerpo conoce su herencia y sus derechos y nada podéis hacer para eludirlos. Vuestro cuerpo es el arpa de vuestra alma”.
Y Eva le pone su impronta a esta conclusión diciendo que “si queremos ‘sonar’ bien, necesitamos vernos en unidad cuerpo-alma. De nosotros dependerá arrancarle al cuerpo melodía o ruidos disonantes. Eso sí, cuando volvemos a llenarlo de contenido, de repente nos encontramos o nos reencontramos con nosotros mismos completos”. A esto puntualmente apunta el autoconocimiento. Conocernos supone hacernos más libres, más empáticos, más seguros y más empoderados.
Por todo lo que hemos venido diciendo, esta toma de conciencia corporal que propone el programa GEn Coaching a través de la Técnica Conectiva, ofrece a los profesionales -cuya herramienta fundamental es la escucha, la indagación y la presencia-, la posibilidad de identificar en qué lugares está habitando su cliente. Les permite reconocer que algo está pasando en ese momento presente e indagar sobre ello. Incluso para las mismas personas (que a menudo no escuchan el cuerpo), puede ser una primera toma de conciencia corporal.
Y por otro lado, ¿qué pasaría si -como profesionales- podemos reconducir a un cliente desbordado llevándolo, poco a poco y desde el cuerpo, a un lugar neutral y limpio de emociones? ¿Acaso no sería esa neutralidad un lugar desde el cual el cliente (incluso nosotros mismos) tendríamos más claridad y más perspectiva para tomar decisiones?