La creatividad al servicio de las personas
He estado recientemente en un Simposio hablando sobre la "creatividad y el arte al servicio de las personas". Resulta curioso experimentar que, cuando a las personas se les invita a que hagan cosas diferentes a las que suelen hacer, se entusiasman y entregan encantadas. Cada cual en su estilo participó de la conferencia como si fuera la primera vez que asistía a una.
Hubo bastantes preguntas. Una de ellas hizo referencia al miedo que tienen los educadores a enseñar con criterios de creatividad, por el peligro de frenar la educación. Respondí de manera muy general por el poco tiempo que me quedaba de exposición. Así que me dispongo a ampliar la respuesta para todos vosotros.
La creatividad entendida como herramienta lúdica y de diversión, puede parecer, a simple vista, algo superfluo, casi frívolo, sobre todo dentro de un sistema educativo como el español bastante lineal y convergente. Sin embargo, se va imponiendo cada vez más la necesidad de formar a las personas en inteligencia emocional, para lo cual, las antiguas herramientas pedagógicas se quedan obsoletas.
Capacidades como saber empatizar, trabajar en equipo, crear sinergias, reaccionar frente al cambio o la innovar constante, son todas ellas fruto de mentes que no se conforman con una sola solución, personas que se enfrentan a los problemas desde diferentes ángulos, con un enfoque más creativo.
El pensamiento lateral, base sobre la que se sustenta toda educación creativa, hace hincapié en ello. En el proceso de este pensamiento, tener la mente abierta es imprescindible para enfocar cualquier problemática o asunto desde distintos puntos de vista. Esto ayuda a encontrar muy diferentes respuestas que darán valor añadido a la solución.
Está claro, "Si vas siempre por el mismo camino ¿Cómo sabes que no hay otro?"
Eva Latonda